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Heridas de la infancia: herida de rechazo


Cuando el alma duda de su derecho a existir




Herida de rechazo
Herida de rechazo

La herida de rechazo es una de las más sutiles y profundas que puede experimentar el ser humano. Se origina cuando el niño o la niña percibe que su presencia no es bienvenida, que es “demasiado” o “no deseado”. Esta percepción puede aparecer incluso antes del nacimiento, durante la gestación o en los primeros días de vida.


No se trata necesariamente de un rechazo explícito. A veces basta con una madre que vive el embarazo con miedo, un padre que se ausenta emocionalmente, o un entorno que no acoge con amor la llegada de ese nuevo ser. La información queda registrada en lo más profundo del subconsciente: “no debería estar aquí”, “algo en mí no es suficiente”, “mi existencia molesta”.



¿Cómo se instala esta herida en la infancia?



La infancia es un campo fértil para la percepción. El alma es sensible, abierta, permeable. Cuando se instala la vivencia de rechazo, el niño empieza a desconectarse de sí mismo como forma de protección. Aprende a “desaparecer”, a no molestar, a no expresar, a evitar ser una carga.


Esta herida genera una sensación muy intensa de vacío y de no pertenencia, y puede dar lugar a una identidad muy frágil, donde el miedo al juicio, al rechazo y al abandono son constantes.



¿Cómo se manifiesta en la vida adulta?



En la adultez, esta herida suele traducirse en inseguridad, hipersensibilidad al rechazo, dificultad para sentirse válido y necesidad de aislamiento. La persona suele anticiparse al rechazo, incluso cuando no está presente, y tiende a no mostrarse tal como es por miedo a no ser aceptada.


Patrones frecuentes asociados a esta herida:


  • Miedo profundo a no ser suficiente o a “estorbar”

  • Sensación de no pertenecer o no encajar en ningún lugar

  • Dificultad para expresar necesidades o pedir ayuda

  • Tendencia a evitar la confrontación y a replegarse

  • Idealización del mundo interior como refugio

  • Hipersensibilidad a la crítica o a cualquier señal de desaprobación

  • Dificultad para reconocerse y valorarse tal como es




El rechazo como herida de identidad



Más que una herida emocional, la de rechazo afecta directamente a la identidad. No es solo “me han rechazado”, sino “algo en mí no debería existir”. Esta creencia inconsciente condiciona profundamente los vínculos, la autoestima y la forma de estar en el mundo.


La persona que la arrastra suele tener una conexión espiritual intensa, porque ha desarrollado un mundo interior muy rico como refugio. Sin embargo, esa espiritualidad a veces se vive como vía de escape, no como encarnación.


Sanar esta herida implica anclarse. Reconocer que el alma tiene derecho a ocupar su lugar, a expresarse, a estar.



¿Cómo comenzar a sanar?



El camino de sanación pasa por recuperar el derecho a existir, sin condiciones. No se trata de convencer a la mente de que “todo está bien”, sino de ir al origen y liberar las memorias que grabaron ese mensaje de exclusión.


Claves para el proceso:


  • Trabajar el proyecto sentido y las memorias prenatales

  • Reconocer el dolor sin caer en la víctima

  • Reafirmar el derecho a ocupar espacio, a expresarse, a ser

  • Cultivar relaciones donde no haya que justificarse ni esconderse

  • Fortalecer la autoestima y la conexión con el cuerpo

  • Encarnar la espiritualidad desde lo real y cotidiano




Conclusión: ocupar el lugar que siempre fue propio



La herida de rechazo es silenciosa, pero actúa como una raíz oculta que condiciona muchas áreas de la vida. Al hacerla consciente y acompañarla con amor, se abre un camino de profunda reconexión con el propio ser.


No se trata de ganarse un lugar en el mundo, sino de recordar que ese lugar ya existe.

Y que estar aquí, tal como se es, está bien.




¿Sientes que esta herida sigue viva en ti?



El Pack Sanación de la Niña Interior con péndulo hebreo puede ayudarte a ir al origen de esta vivencia, trabajando el proyecto sentido, las memorias de gestación, las heridas tempranas y las creencias de “no merezco”, “no soy suficiente” o “no encajo”.


Este proceso energético, amoroso y profundo está pensado para que puedas recuperar tu lugar, tu voz y tu valor.

No para convertirte en otra persona, sino para volver a ser tú, sin miedo.


Puedes ver más detalles del pack aquí o escribirme si necesitas orientación personal.

Estás aquí por una razón. Y sí, tienes todo el derecho de estar.

 
 
 

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