Sanación femenina: volver a habitar tu cuerpo y reconectar con tu esencia
- Celine Escourrou
- 29 may
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 17 jun

¿Y si sanar tu energía femenina fuera el primer paso para recuperar tu fuerza interior y tu paz?
Durante años, muchas mujeres han vivido desconectadas de su cuerpo, de su útero, de su intuición. Educadas para rendir, cuidar, complacer, avanzar… sin detenerse. Hasta que algo dentro dice basta. Y comienza el camino de regreso a casa. A ti. A tu energía más profunda.
La sanación femenina no es una moda ni un ritual esotérico. Es una necesidad real. Es mirar con amor las memorias guardadas en tu cuerpo, dar espacio a tus emociones no expresadas, y equilibrar lo masculino y lo femenino en ti para que puedas volver a sentirte entera, en paz, viva.
¿Qué es la sanación femenina?
En mi terapia con péndulo hebreo, he creado un Pack de Sanación Femenina que acompaña precisamente este proceso. No es solo energético. Es profundamente simbólico, emocional y espiritual.
Este tratamiento incluye tres sesiones personalizadas donde trabajamos:
La sanación del útero (aunque no lo tengas físicamente, su energía sigue presente). Aquí limpiamos memorias ancestrales, relaciones pasadas, heridas ligadas a la sexualidad, la maternidad, la creatividad.
El equilibrio de tus energías femenina, masculina y neutra, para que dejes de sentirte en lucha, o forzada a rendir constantemente.
Una desintoxicación del hígado, que en medicina energética es el órgano que guarda la ira reprimida, la frustración, los “tragué sin decir nada”.
¿Es para ti?
Sí, si te reconoces en alguna de estas sensaciones:
Te cuesta descansar, soltar el control o simplemente “no hacer nada” sin sentirte culpable.
Sientes bloqueos a la hora de crear, disfrutar o poner límites.
Tienes emociones acumuladas que no sabes cómo liberar.
Has vivido situaciones dolorosas vinculadas a tu ser mujer (relaciones, maternidad, cuerpo).
Buscas una conexión más profunda contigo misma, más allá de lo mental o lo racional.
¿Qué puedes esperar después de las sesiones?
Lo que más me dicen las mujeres que acompañé es: “Siento que he vuelto a mí”. Y es eso. Un volver. Con más suavidad, más fuerza interna, más claridad. Con la sensación de habitar tu cuerpo de nuevo. De sentirte entera, no rota. Completa, no exigida.
Esta sanación no viene desde fuera. El péndulo hebreo actúa como llave, pero es tu alma la que abre la puerta.
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